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Un gol solitario del Rayo Vallecano, obra de Álvaro García, bastó para exhibir todas las carencias del FC Barcelona, que volvió a caer en casa (0-1) y dejó la mesa servida para que el Real Madrid sea campeón de LaLiga en la próxima jornada.
Tras caer ante el Cádiz en el Camp Nou y luego de una afortunada victoria frente a la Real Sociedad, los culés tenían la oportunidad de afianzarse en la segunda posición de la tabla en este encuentro pendiente, pero una vez más hicieron gala de inoperancia de cara al gol, y fragilidad en sector defensivo.
Ousmane Dembélé volvió a ser en gran parte del duelo, el hombre desequilibrante de un conjunto culé que se desplomó dramáticamente luego de una racha positiva que vivió, la cual había acompañado con buen futbol.
Ahora este equipo de Xavi Hernández se parece mucho al de Ronald Koeman, en el abuso de los centros, en la carencia de recursos ofensivos, en la nula reacción ante la adversidad y en el empecinamiento del entrenador de utilizar a futbolistas que, demostrado está, no han dado el ancho. Caso concreto, Serginho Dest, quien fue cómplice en el gol que le dio la victoria al Rayo.