¡Síguenos!
TwittearVisitas: 510
EFE.- La selección inglesa no levanta cabeza. De los cuatro partidos disputados en junio, los de Gareth Southgate no han sido capaces de ganar ninguno; el último de ellos este martes con una estrepitosa goleada en casa contra Hungría (0-4), la peor desde que los propios ‘magiares mágicos’ de Ferenc Puskas y Sandor Kocsis les endosaran en 1954 tras un amistoso en Budapest (7-1).
El partido en el Molineux Stadium que debería haber servido como redención para los ingleses, tras la derrota en Budapest (1-0), el empate en Múnich con Alemania (1-1) y el empate con Italia en Wolverhampton (0-0) solo sirvió para acrecentar los problemas de creación del conjunto de los tres Leones, que nunca fue capaz de plantear verdadero peligro a una selección a priori inferior como la húngara.
Con apenas 15 minutos en el marcador, una falta al área, entre siete defensas ingleses, le cayó a Roland Sallai para que colocara una volea que solo pudo tocar Aaron Ramsdale para abrir el marcador.
Sin apenas probar a Denes Dibusz, la escuadra de la rosa se topó con el 0-2 cuando aún se pensaba que tenían tiempo de sobra para remontar. A 20 minutos del final, Kalvin Phillips, perdió una pelota en tres cuartos de cancha, se la regaló a Adam Lang y este le dejó la bola franca a Sallai para que, con el exterior del pie, el del Friburgo aumentara la cuebta por debajo de las piernas de Ramsdale.
Harry Kane, que está a tan solo tres tantos de igualar el récord goleador de Wayne Rooney con la selección (53), estrelló un cabezazo en el larguero en los minutos finales, pero lejos de espolear a los suyos para maquillar el resultado, solo fue la previa del 0-3, un latigazo de Zsolt Nagy desde fuera del área. Para empeorar la situación, John Stones fue expulsado por doble amarilla y Daniel Gazdag hizo el 0-4 en el último minuto.
Esta es la primera derrota de Inglaterra en casa desde que cayeron con Dinamarca en octubre de 2020, la primera vez que pierden por tres goles o más de diferencia desde los Cuartos de Final del Mundial de 2010 contra Alemania (4-1). Asimismo, es su peor derrota en casa desde que perdieron por 3-6 contra Hungría en 1953. El encuentro terminó con olés por parte de la afición magiar.