¡Síguenos!Uno de cada cinco agricultores en América Latina no es sólo pobre, sino que sobrevive en una situación de completa miseria.
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Hoy en Argentina, la oficina de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) presentó el panorama de la pobreza rural para América Latina y el Caribe 2018.
Entre 2014 y 2016 creció. 59 millones de trabajadores en el campo están en una escalada de vulnerabilidad, un retroceso en su calidad de vida que se agudizó con las caída de los mercados globales en el 2008, y del cual no se han recuperado.
Hoy, los agricultores perciben menos de la mitad que el trabajador más mal pagado del ámbito urbano.
Sí, según el estudio, por una deficiente evaluación y seguimiento de las políticas asistenciales y de subsidio, en México, el campo es también una trampa territorial de pobreza, informalidad y políticas inconexas, una fuente de corrupción y clientelismo.
México, según el informe, utiliza buena parte del apoyo público al sector agrícola en subsidios, compras de fertilizantes e insumos, en vez de balancearlo con provisión de infraestructura técnica, innovación y proyectos de salud.
Según este informe, publicado ante más de mil expertos, incluidos representantes del actual y asesores del próximo gobierno, los territorios rurales donde no hay condiciones mínimas de infraestructura alejan la inversión
El representante regional de la FAO, Julio Berdegue, habló del próximo proyecto sexenal del campo mexicano.
La hambruna que se vive en el campo latinoamericano y en el campo mexicano es en extremo preocupante. Sólo 22% está afiliado a un sistema de pensiones y es causa estructural de expulsión de migrantes.
Este es el mapa de Centroamérica en temas de migración: 76% de los migrantes de Honduras, 70% de los migrantes de El Salvador y 61% de los migrantes de Guatemala vienen de municipios rurales.
En este informe, que puede ser consultado por autoridades municipales y estatales, hay un llamado a actuar en temas de gestión de recursos naturales, fondos para enfrentar efectos climáticos extremos, proyectos de equidad y reducción de violencia.
Hoy en ese tenor, representantes de 298 grandes centrales de abasto de todo el continente, entre ellas decenas de centrales de abasto del país, firmaron una carta de colaboración con la FAO para mejorar la cadena de producción, aumentar el valor de mercado y comenzar en México el proyecto de sopa amiga, implementado en Brasil, para dar uso a 37 mil 500 toneladas de alimento que no tienen salida al mercado, producidas por agricultores empobrecidos.
Con información de Karla Iberia Sánchez