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Reuters.- Los miles de millones de dólares que aún quedan en un plan para suministrar vacunas contra la Covid-19 a los más pobres del mundo podrían desviarse para financiar la preparación para otras pandemias o para apoyar la fabricación de vacunas en África, declararon los socios del plan.
La iniciativa Covax, dirigida por Gavi, la Alianza para las Vacunas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI), cuenta con 2 mil 600 millones de dólares en sus arcas en momentos en que la fase de emergencia de la pandemia llega a su fin, según documentos consultados por Reuters y dos fuentes cercanas al plan.
La iniciativa concluirá a finales de este año, aunque parte de su labor continuará. Ante la disminución de la demanda de vacunas contra la Covid-19, los socios están estudiando la mejor manera de utilizar el dinero restante —una suma importante en el ámbito de la salud mundial— junto con los donantes que lo comprometieron en un principio.
Alrededor de 600 millones de dólares se entregaron como parte de un fondo de “contingencia” por si la pandemia volvía a recrudecerse. Los 2 mil millones de dólares restantes han vuelto a Covax después de que los fabricantes de medicamentos aceptaron reembolsar los acuerdos pactados para las vacunas en el momento álgido de la pandemia.
“Este dinero se diseñó como un instrumento de contingencia, para que pudiéramos responder a los cambios de la pandemia”, dijo Marie-Ange Saraka-Yao, responsable de movilización de recursos de Gavi. “No queremos que el dinero esté ocioso”.
Es probable que se utilicen unos 700 millones de dólares para un programa de vacunación contra Covid-19 en curso en los países apoyados por Gavi, para 2024 y 2025. Esta opción será debatida por la junta directiva de Gavi esta semana. Otra parte del dinero se destinará a las vacunas de refuerzo de este año y el siguiente.
Saraka-Yao explicó que se había preguntado a los donantes, incluidos países ricos como Estados Unidos y Alemania, así como organizaciones filantrópicas como la Fundación Bill y Melinda Gates, si querían recuperar el resto del dinero en una reunión celebrada en marzo. Ninguno lo solicitó. Los donantes y la OMS no estaban inmediatamente disponibles para hacer comentarios.
Un portavoz del CEPI dijo que, aunque no se había tomado ninguna decisión sobre los fondos, era “prudente seguir preparados” tanto en caso de que la situación de la Covid-19 cambie como para futuras pandemias.
“Ellos [los donantes] quieren mantener el espíritu de la intención política cuando se dio el dinero (…) para ayudar a proteger al resto del mundo”, dijo Saraka-Yao.
Una opción es invertir en iniciativas más amplias de preparación frente a pandemias, dijo Gavi. Otra idea que ha ganado adeptos es utilizar parte del dinero para impulsar la fabricación de vacunas en África, dijo Saraka-Yao.
Gavi propone un sistema de apoyo financiero que ayudaría a los nuevos fabricantes a introducir productos en el mercado de forma competitiva, especialmente para enfermedades como el cólera o la fiebre amarilla, donde hay escasez de vacunas para enfermedades que matan a cientos de miles de personas en África cada año.
Por otra parte, Gavi anunció el lunes que su director ejecutivo entrante, Muhammad Ali Pate, no se incorporaría a la organización porque regresaba a Nigeria, su país natal. En su lugar, el director de operaciones, David Marlow, se convertirá en director ejecutivo interino tras la dimisión de Seth Berkley en agosto.