¡Síguenos!"En este momento hay signos de interrogación", fueron las palabras de Toto Wolff, jefe del equipo Mercedes, al final del Gran Premio de Rusia al resumir la situación que tiene la escudería de cara al cierre de temporada respecto a las unidades de potencia.
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En las tres últimas carreras en el box del campeón del mundo hubo que sustituir un motor durante el fin de semana, y en todos los casos fue un cambio no programado. En Zandvoort fue Lewis Hamilton quien se encontró fuera de combate durante los entrenamientos libres, mientras que en Monza y Sochi fue Valtteri Bottas quien se vio afectado por problemas que requirieron la sustitución de su unidad de potencia.
En Rusia hubo en realidad dos problemas para Bottas. En los entrenamientos libres, el finlandés utilizó la unidad de potencia (4) instalada en Monza, pero el viernes por la tarde surgió un problema que convenció a los ingenieros de Mercedes de volver a montar una unidad de potencia anterior.
El insatisfactorio resultado de la clasificación convenció al equipo para sustituir la anticuada y poco eficaz unidad de potencia, con el fin de contar con un motor fresco para intentar la remontada. Las esperanzas de recuperar el motor número 4 están ligadas a los análisis que se están realizando en estos días en Brixworth, aunque el propio Bottas tras la carrera se mostró bastante pesimista sobre la posibilidad de volver al uso de la cuarta unidad en pista.
