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La agencia calificadora Standard & Poor’s (S&P) ratificó las calificaciones de largo plazo de México en moneda extranjera con una nota de ‘BBB’ y en moneda local con ‘BBB+’, ambas con una perspectiva estable. Este análisis refleja una expectativa de gestión macroeconómica prudente y una disminución progresiva de los déficits fiscales, lo cual estabilizaría las finanzas públicas y la deuda soberana en los próximos dos años.
En su informe, S&P subrayó que México ha mantenido una posición externa sólida, gracias a un marco institucional democrático y políticas fiscales y monetarias históricamente prudentes. Además, reconoció la independencia del Banco de México, cuyo enfoque en la estabilidad inflacionaria fue un factor clave para la calificación.
Sin embargo, la agencia señaló desafíos significativos, como el bajo crecimiento económico per cápita y las presiones fiscales derivadas del apoyo a empresas estatales como Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Estos factores, si no se manejan adecuadamente, podrían tensionar aún más las finanzas públicas.
Otro riesgo identificado es la posibilidad de conflictos comerciales o migratorios con Estados Unidos, aunque S&P confía en un manejo pragmático de estas disputas por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien asumió el cargo el pasado 1 de octubre.
La agencia también resaltó que el panorama podría mejorar si el Gobierno logra atraer mayor inversión extranjera directa, ampliar la base tributaria no petrolera y optimizar el gasto público, factores esenciales para fortalecer la economía. Por el contrario, un deterioro en las relaciones bilaterales con Estados Unidos o un aumento en los déficits fiscales podrían llevar a una degradación de la calificación.
México, según S&P, mantiene acceso fluido a los mercados globales de capital y cuenta con reservas internacionales robustas, elementos que mitigan riesgos de liquidez en el corto plazo. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público destacó que esta ratificación permitirá al país seguir accediendo a financiamiento favorable tanto nacional como internacional, mientras reafirmó su compromiso con la estabilidad financiera y la sostenibilidad de la deuda pública.
La decisión de S&P contrasta con las de otras calificadoras como Moody’s y HR Ratings, que recientemente han cambiado su perspectiva de "estable" a "negativa". En tanto, Fitch Ratings mantuvo en julio pasado una calificación similar (‘BBB-’) con perspectiva estable.
En un entorno de desaceleración económica, organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la OCDE han ajustado a la baja sus expectativas de crecimiento para México, situándolas entre un 1.3% y 1.5% para 2024 y un leve repunte para 2025.
La ratificación por parte de S&P llega en un momento crucial para México, subrayando la necesidad de políticas públicas que mantengan la confianza de los inversionistas y enfrenten con eficacia los desafíos económicos y fiscales actuales.
Con información de EFE