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El presidente Andrés Manuel López Obrador desestimó los lineamientos de la Secretaría de Salud para determinar el semáforo epidemiológico de COVID-19, por lo que aseguró que corresponde al gobierno de la Ciudad de México determinar el color.
Esto luego de que el viernes pasado, la Ciudad de México anunció que la capital permanecía en naranja, cuando horas más tarde la Secretaría de Salud lo ubicó en el color rojo, de máximo riesgo.
“No hay diferencias de fondo, ya se decidió porque corresponde al gobierno de la Ciudad que se tiene semáforo naranja, y eso lo que se está llevando a cabo, lo importante es que no hay tantas restricciones, porque lo cierto es que ya es momento de que nos cuidemos, de que nosotros mismos nos cuidemos”, afirmó este martes.
No obstante, reconoció que “hay discusión en el gobierno, discrepancias en todos lados del gobierno”, lo que dijo no está prohibido, porque es un gobierno democrático, no uno “autoritario”, y detalló que los conflictos se resuelven siempre poniendo por delante el interés general.
El Ejecutivo insistió en que toca a la gente cuidarse y afirmó que en algunos casos “la pandemia sacó el afán autoritario”, pero ya no habrá restricciones.
“El pueblo es mayor de edad, no hay que estarlo tutelando y mucho menos estarle diciendo ‘está prohibido esto’, ‘no hagas esto’, nada por la fuerza, todo por la razón y derecho”, dijo.
No es la primera vez que el color del semáforo epidemiológico hace confrontar a la Secretaría de Salud y el gobierno de la Ciudad de México, que hasta la fecha registra el mayor número de contagios y decesos por COVID-19, con 817,561 casos positivos y 46,417 fallecimientos.