¿Qué clase de esperpento de la política contrató Mario Riestra Piña en la figura de Iván Galindo Castillejos?

¿Se lo recomendaron como avanzada de Ignacio Mier Velazco y Eduardo Rivera Pérez?

Iván, el farsante, presuntuoso al máximo, se dejó crecer el bigote en una clara muestra de admiración a Nacho, el perdedor de la candidatura al gobierno de Puebla por Morena.

Fiel a su costumbre, traicionó en incontables ocasiones al PRI, entregándose el morenovallismo, sirviendo al PAN, impulsando a Mier Velazco que le creó al vapor el Instituto Mexicano para la Transformación, haciendo campaña sin candidato. Amenazó con renunciar al PRI y Néstor Camarillo le inició el proceso de expulsión que, finalmente, nunca se concretó, menos en estos momentos en que Riestra es el objeto de sus deseos para revivir en las altas esferas de la política poblana.

Néstor Camarillo, por su parte, no hará efectiva la salida de Iván, pues ambos reman en el mismo sentido con la coalición PAN, PRI, PRD, PSI.

La tragicomedia en su máximo esplendor.

Increíblemente, Mier Velazco lo impulsó infructuosamente para ocupar el lugar del violador de jóvenes, el diputado federal Saúl Huerta Corona, quien, a decir de Nacho, podía hacer lo que quisiera en sus horas libres. ¡Carajo!

Una de las encomiendas del farsante no es darle lustre a Riestra Piña, sino atacar a Alejandro Armenta y José Chedraui Budib. No le importa ser aplastado en el intento de seguir cobrando del erario.

UN POCO DE HISTORIA

En 2014, durante la transición administrativa de Eduardo Rivera Pérez-Antonio Gali Fayad, el supervisor de los Juzgados Calificadores, Jorge Emiliano Galindo Orea, se vio involucrado en la sustracción de equipamiento urbano que fue a parar a su residencia; además, fue denunciado por maltrato a personal de la sindicatura y por extorsión a jueces calificadores.

Por todos lados apareció el abuso que merecía cárcel.

El caso parece intrascendente después de 10 años de sucedido; sin embargo, no es así, porque en ese entonces el coordinador de los regidores priistas era Iván Galindo Castillejos, hijo de Jorge Emiliano, señalado de participar en actos de corrupción solapados por el priismo morenovallista que controlaba Rafael Moreno Valle Rosas.
Impunidad pura.

El farsante Iván Galindo, es un sujeto pagado de sí mismo, con aires de ególatra que ha copiado a Ignacio Mier Velazco y Enrique Doger Guerrero, los hombres que lo adoptaron y lo pulieron en las malas artes.

Con ellos aprendió joven a negociar una regiduría con Doger, provocando una supuesta ruptura; participó en la conspiración en 2005 que intentó tumbar al gobernador Mario Marín Torres; formó parte de los cabildos de Antonio Gali Fayad y Luis Banck Serrato, fingiendo que defendía a la oposición que nunca fue; participó como asesor de la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco, aconsejando pelear sin respiro con el gobernador Miguel Barbosa Huerta.

Muchas veces traicionó al PRI, pasando al PAN y brincando a Morena para apoyar desde 2023 a Ignacio Mier Velazco en su aspiración de ser coordinador estatal de la defensa de la cuarta transformación,

¿Por qué Néstor no concreta la expulsión de Iván?

Su complicidad se lo impide.

Hay docenas de políticos que cambiaron de partido y nunca fueron emplazados a dejar el PRI. Se fueron al PAN, a Movimiento Ciudadano, el PANAL, PT, PSI, el Verde, Compromiso por Puebla. No cabrían en este espacio. Y, sin embargo, nadie reclamó.

Isidro Camarillo, padre de Néstor, trabajó en el PRD por 15 millones de pesos apoyando a Martha Erika Alonso Hidalgo. Por supuesto que el vástago estaba de acuerdo.

¡Qué desvergüenza!

Mario Riestra Piña, recoge la basura, convirtiéndose en pepenador.

POSDATA: ¿Qué diría su papá Mario Riestra Venegas, hombre decente, priista por muchos años y servidor del sistema político? Fue gran amigo de mi padre, el periodista Ángel García López y del ahora director de la CFE, Manuel Bartlett Díaz.

POSDATA 2: En otra ocasión veremos la inhabilitación de Eduardo Rivera Pérez, en 2017, por corrupto.

POSDATA 3: He visto tanto en campañas cerca de gobernadores, que no me espantan las traiciones, las envidias, las ambiciones desmedidas y los celos de los inadaptados.

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