¡Síguenos!A día de hoy, 2.520 personas siguen figurando como desaparecidas en sus comunidades a raíz de la catástrofe, que se suman a las 15.900 muertes directas por el desastre natural y a 3.808 fallecimientos que han sido reconocidos como vinculados al mismo, entre ellos el deceso de evacuados y otras circunstancias.
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El 11 de marzo de 2011, Japón vivió una de las peores tragedias de su historia, cuando la región oriental de la nación asiática fue azotada por un terremoto que derivó en un tsumani y que posteriormente provocó una tragedia nuclear.
El terremoto de magnitud 9 causó daños en la costa de Honshu, la isla principal de Japón, lo que produjo un accidente en la central nuclear de Fukushima Daiichi, que, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés), fue catalogado de nivel 7.
Desde entonces, la organización ha trabajado de manera conjunta con autoridades japonesas para tratar la emergencia y tratar de reducir su impacto en el entorno. En 2021, el gobierno de Japón anunció que implementaría una nueva política para descargar el agua que originalmente fue contaminada con elementos nucleares, y que posteriormente fue tratada para reducir su toxicidad y el impacto ambiental.
Después de dos años de estudios y trabajo conjunto, en 2023 comenzó la operación de descarga de las aguas residuales de Fukushima Daiichi "con sujeción a las aprobaciones reglamentarias nacionales", aunque se prevé que continuamente se realicen evaluaciones a la calidad del agua y si existe un impacto en la zona donde se descargó.
La polémica por el agua radioactiva
Doce años después de la catástrofe nuclear de Fukushima, que quedó catalogada como la segunda de mayor magnitud de la historia, detrás de la de Chernobyl, la polémica alrededor de la planta continúa.
A principios de este año, el operador de la central nuclear presentó un plan para verter en el mar el agua contaminada de la planta, que produce unos 100.000 litros diarios. Se trata de una combinación de fuentes subterráneas, lluvia que queda en la zona y de agua utilizada para enfriar los reactores dañados por el tsunami.
El operador de la central, la empresa TEPCO, asegura que el agua fue filtrada para extraer los elementos radioactivos y considera que el vertido es seguro y necesario, pero hay oposición interna y a nivel internacional.
Actualmente hay más de 1.000 tanques en los terrenos de la planta y se espera que su vertido, que ha despertado fuertes protestas de la vecina China y del sector pesquero nipón, se prolongue al menos durante 30 años.