¡Síguenos!La recuperación del empleo en la pandemia de Covid-19 viene de la mano del deterioro de las condiciones laborales. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), alrededor de 2.3 millones de personas siguen sin una fuente de ingreso, un buen número de quienes volvieron a trabajar está en la informalidad, hay 14% más trabajadores activos sin salario y el empleo femenino está estancado.
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Este miércoles el IMCO presentó el Monitor de la competitividad, un micrositio para mostrar el desempeño del mercado laboral a raíz de la emergencia sanitaria. En un país como México, dijo Manuel Molano, economista en jefe del organismo, el empleo es el “fiel de la balanza” que señala el impacto de la crisis en las familias y en la economía nacional.
En el primer informe del monitor, Los efectos del Covid-19 en el mercado laboral mexicano, presenta cinco hallazgos. Pero el principal, al observar todo el panorama, es que “la calidad de los empleos no es igual a la que teníamos antes de la pandemia”, apuntó Luis Mauricio Torres, coordinador de operaciones y análisis del IMCO.
El investigador advirtió que el país continúa en recesión y que el desempleo continuará en los siguientes meses. Aunque el primer hallazgo tiene que ver con la recuperación: de los 12 millones de puestos perdidos en abril, para octubre se habían recuperado 9.7 millones. Eso significa que 2.3 millones sigue en paro o sus fuentes de empleo han desaparecido.
Entre las personas que se quedaron sin empleo, 5.6 millones laboraban como subordinados para una empresa o institución; hasta este momento falta recuperar 1.8 millones de estas plazas. Y de los 4.7 millones de trabajadores por cuenta propia que debieron parar, 39,000 sigue sin poder activarse.
Grupos vulnerables
El segundo hallazgo de la investigación es sobre la informalidad. La sola noticia de que la mayoría de los empleos fueron recuperados no es de festejarse, pues 9 millones de ellos son informales, o sea, sin seguridad social ni ahorro para el retiro. Sin acceso a la salud en una pandemia, ni prestaciones o estabilidad laboral.
Quienes apenas ingresan al mundo laboral, las personas jóvenes, y aquéllas que deberían ya estar disfrutando de su jubilación pero siguen laborando, las personas adultas mayores, son las más afectadas. Éste es el tercer hallazgo. El 37% de la población joven se quedó sin trabajo. Mientras que 41% del otro grupo tuvo que quedarse en casa sin generar un ingreso.
“La recuperación del empleo femenino se encuentra estancada”, dice el cuarto hallazgo. El nivel de ocupación de los hombres se encuentra 3% por debajo de lo registrado a inicios de año. Pero el de las mujeres es 7% menor.
Las trabajadoras no han podido volver a laborar al ritmo en que lo están haciendo los varones. Y si se trata de una mujer joven o adulta mayor, el reto para que vuelva a trabajar se incrementa.
El punto cinco se refiere al tema de las remuneraciones. La mayor parte de las personas que fueron despedidas son aquéllas que ganaban menos. Hasta octubre, el nivel de ocupación de quienes reciben apenas un salario mínimo es 39% menos de lo que se reportaba en febrero.
Además, el 60% de quienes perdieron su fuente de ingresos entre marzo y abril no tenían un sueldo. Si de por sí ya eran mayoría, la pandemia incrementó esa población 14 por ciento. “Esto habla de la vulnerabilidad de algunos grupos frente a una crisis como ésta”, comentó Luis Mauricio Torres.