¡Síguenos!Este oscuro panorama económico ha llevado a muchas familias en nuestra comunidad a reconsiderar la cantidad y frecuencia con la que mandan remesas a sus países de origen, lo que muchas veces genera conflictos entre seres queridos.
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Los empleados de una popular casa de envíos en Hyattsville en Prince George’s aseguran que la mitad de sus clientes ha reducido en 20% el dinero que envían a sus familias en estos tiempos de crisis.
“Tenemos que apretarnos un poquito aquí el estómago para que sobrevivan los familiares allá en El Salvador”, dijo Reina Mendez, una madre de tres niños que debe enviarle dinero a sus padres.
La crisis le ha golpeado duramente el bolsillo pero ella dice que disminuir el monto de sus remesas no es una opción.
“Tuve que buscar dos trabajos. Tengo dos trabajos para poder mantener a mi familia y los del El Salvador también porque aquí está todo caro… No puedo bajar la cantidad a mis padres porque es imposible… la medicina no me le bajan precio… la comida igual”, agregó.
Ante la crisis, Marco Tulio Lemus se vio forzado a enviar menos dólares a los suyos en su natal Guatemala.
“Tienen que comprender que eso está pasando y que tal vez se solucione no más”, dijo.
Los envíos de remesas a América Latina y el Caribe han tenido un crecimiento histórico en los últimos años. Según el Banco Interamericano el año pasado ese aumento superó 26%, y es que los latinos hacen hasta lo imposible por colaborar con los suyos.
Sin embargo, en momentos de crisis, cuando el dinero no alcanza la posibilidad de no cumplir con las remesas o disminuir el monto que se envía puede generar problemas familiares.
“Va a costar porque el otro va a seguir exigiendo. A veces esas remesas de dinero se están usando para hacerse una casa allá y los familiares piden porque quieren terminarla mientras el que está enviando aquí vive alquilado”, cuenta la doctora Mónica Capano Rocca, psicóloga clínica.
“Tenemos que validar que ambas partes se sienten mal, no solamente las parte que no recibe se siente mal”, aconsejó.
Los especialistas señalan que en estas situaciones es vital mantener una comunicación constante y sincera. “Decirle a los otros que entiendan que no es mala voluntad achicar las remesas o no mandarlas… que es por una cuestión económica y que acá venimos a trabajar como todos”, dijo la psicóloga.
Además Minoshka Liquet, psicóloga clínica, recomienda seguir estos consejos para hacer del trago amargo algo más llevadero: describir los hechos, decir lo que sentimos por no poder cumplir, establecer un plan, y reforzar cómo eso va a ayudar a que la familia. “Todo eso es comunicación asertiva.”
Según una reciente encuesta, al menos 40% de los estadonunidenses estan más estresados por el dinero que nunca y la situación es también difícil para nuestras familias en el exterior.